EL VIDENTE DE LA DOLOROSA QUE LLEGO A MEDICO

PABLO ARTURO SUAREZ VARELA.- Todos hemos escuchado el Hospital que lleva su nombre que se ubica al norte de la capital, pero poco conocemos sobre su vida y ahora sobre su participación en lo referente a la Dolorosa del Colegio.

Llego al mundo el 31 de enero de 1888, en la hacienda San Vicente situada a la salida de la ciudad de Baños (Provincia de Tungurahua). Sus padres fueron don Pablo Arturo Suárez Salvador y doña Mercedes Varela Borja, naturales de las ciudades de Ambato y Patate, respectivamente.

Siendo único hijo de esta pareja, pronto tuvo que sufrir la muerte de su padre Don Pablo. Su madre le matriculo en un internado de Pelileo. A los 12 años vino a esta ciudad de Quito para ingresar al Seminario Menor. Allí permaneció durante un año pero al no demostrar vocación hacia el sacerdocio, se lo inscribió en el Colegio San Gabriel regentado por los Padres Jesuitas como interno del mismo.

Y es aquí que tuvo el honor de participar del prodigio siendo uno de los internos más grandes en cuestión de edad. Su testimonio se encuentra en el Proceso Diocesano que se levanto acerca del mismo y el suyo esta en el pliego numero treinta y seis.

Aquí lo transcribimos al pie de la letra:

“El 20 de abril de 1906 a las 8 p. m. estando todos los alumnos internos en el refectorio del Colegio, tomando su recreo después de la cena, paso el siguiente acontecimiento, que con la mayor verdad y sencillez voy a referir:

Estaba yo distraído en mi conversación, cuando oí que un niño, de los que habían hecho la primera comunión el Jueves Santo, le llamo al Padre que nos vigilaba, para avisarle que había visto cerrar y abrir lentamente los ojos de la Sma. Virgen de Dolores, que estaba a la entrada del refectorio, el Padre fue allá

y dijeron otros que también lo habían visto, mas casi todos no hicimos caso alguno de aquel suceso, atribuyéndolo todo a una ilusión y novelería; mas, poco después volvieron asegurar los que la estaban observando, que si era cierto aquello, entonces todos nos acercamos hacia el cuadro de la Virgen, pero siempre yo con bastante duda, y en seguida oí que casi todos afirmaban la realidad del milagro, pero yo no veía nada, todos o casi todos señalaban el momento en que abría y cerraba los ojos la milagrosa Virgen; mas para mi seguía oculto aquel milagro; el Padre Prefecto y el Hermano, que se hallaban allí presentes, decían también que lo habían visto; entonces me desvaneció toda duda, ya no era pues ni novelería, ni ilusión lo que pasaba. Pero yo quería también ser testigo de este hecho milagroso, así es que fije mis ojos con toda la atención posible sobre la imagen y me pareció ver moviese muy lentamente los parpados de aquellos milagrosos ojos, mas yo no vi cerrarse completamente como otros decían haber visto. Esto es lo que yo acerca de este hecho puedo referiros. Pablo Arturo Suárez, —Ambateño, de 17 años. ’’

Y ahora después de entregar este testimonio escrito, se procedió a los pocos días, realizar el reconocimiento en el que dice lo siguiente:

“En ocho de mayo de mil novecientos seis se presentó ante el Sr. Comisionado el niño Pablo Arturo Suárez que, bajo juramento, aseguró qué el escrito anterior es suyo propio; que se ratifica en lo que allí ha expuesto, y que no tiene nada que aumentar, quitar ó cambiar. Y firma con el Sr. Comisionado y el infrascrito Notario; de que doy fe. — Mateus. —.Pablo Arturo Suarez. —Ante mí.—Gómez Jurado,

Notario Mayor”.

Y como mencionamos cada comisión que estudio el prodigio hizo una repregunta el mismo día que juraba sobre su escrito, acerca sobre el hecho entonces estas fueron las respuestas del joven Pablo Suarez:

  • A la comisión médica: “Estoy seguro de que no he padecido ilusión, porque estuve á vara y media de distancia; y una vez vi al mismo tiempo que los otros niños advertían el abrir ó cerrar los ojos.”
  • A la comisión de teólogos: “Desde entonces he cobrado alguna devoción a la Virgen Sma. La conducta sigue la misma. Las primeras impresiones fueron de amor y fervor para con la Virgen; pero también tuve miedo, creyendo que sería presagio de una catástrofe.”

Después de ello a los dos meses se graduó de bachiller, luego de rendir pruebas orales magníficas. Enseguida sin perder tiempo ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad Central, donde se distinguió por sus cualidades estudiantiles que dieron como fruto a los 7 años de estudio el título de médico.

Con los ahorros de doña Mercedes su madre viajó a Francia y vivió en su capital Paris. Entre los países que residió en Europa se encuentran: Lausana en Suiza, Barcelona y Berlín especializándose en electro cardiología, higiene, fisioterapia y fisiología, asignaturas que para la época se consideraban totalmente novedosas en Ecuador.

Aquí hay que resaltar que en su permanencia en Suiza se desato la primera guerra mundial, fue nombrado médico de la población rural de Grandson, donde permaneció varios meses. Y que a sus 26 años hablaba fluidamente inglés y francés.

Después de 4 años de ausencia regreso a Quito y como equipaje trajo consigo un equipo de rayos X, para febrero de 1918 contrajo matrimonio con Agripina Chacón Quirola, originaria de Ambato, con quien tendría un matrimonio feliz y con numerosos hijos. De los cuales aun hay descendencia.

Con ella viajó nuevamente a Europa, donde profundizó sus estudios anteriores y en Berlín hizo construir en la célebre compañía “Siemens”, su propio equipo radiológico. Luego de eso volvió al Ecuador y en 1919, en una casa diagonal al Convento del Carmen Bajo, la cual había adquirido utilizando el dinero de una herencia, instaló su consulta privada, dotada de un gabinete de rayos X para radiografías y de fisioterapia para la rehabilitación de fracturas, hemiplejías y parálisis, llegando a ser el primer médico que ofreció esta clase de servicios en la capital del país.

El Doctor Suarez fue un verdadero apasionado por su profesión que su tiempo lo dedicaba por completo a ello, ya a sus 31 años de edad la Facultad de Medicina le entregó las cátedras de Higiene la cual ocupo por 24 años, Histología y Electro radiología. Dictaba sus clases por las mañanas, luego atendía a su clientela y por las tardes asistía al Hospital Eugenio Espejo.

Además realizo muchas investigaciones en la salud social y como resultado de ello publico varios artículos extensos sobre ellos como podemos mencionar:

  • Investigaciones histológicas. La Uta en el Ecuador
  • El alcoholismo y sus complicaciones
  • Un caso de Meningitis cerebro espinal, observado por primera vez en Quito
  • Histología patológica en Disenterías crónicas
  • La Enfermedad Azul. Contribución a su estudio, documento basado en sus trabajos sobre el tema en los habitantes indígenas del valle de Los Chillos.
  • Contribución al estudio del Problema, la Tuberculosis en el Ecuador

También dentro de la vida pública su persona ocupo cargos de alta responsabilidad tanto en el aspecto medico como el político del país, ya que su trabajo se empeño en ayudar al enfermo en especial al más necesitado. Entre ellos están:

  • Director General de Sanidad 1926.
  • Miembro de la Junta de Asistencia Pública de Quito en 1928.
  • Miembro activo de la Cruz Roja de Quito
  • Diputado por Tungurahua
  • Miembro del Consejo de Estado
  • Decano de la Facultad de Medicina en 1931
  • Rector de la Universidad Central en 1932
  • Vocal en la Junta de Asistencia Pública
  • Director en la Caja del Seguro de su Departamento Médico.

Además también fue miembro de varias organizaciones medicas nacionales e internacionales como podemos mencionar; Chicago, La Habana, Buenos Aires y México. A su esfuerzo se le debe la creación del Sindicato Medico de Quito.

Sufrió una hemorragia cerebral, por la cual se retiró a vivir junto a su esposa en la finca “El Retiro”, que tenían en el sector de Miraflores, cerca de la ciudad de Ambato. Durante esta enfermedad fue cuidado con desvelo y ternura de su familia, hasta  el 11 de noviembre de 1945 falleció a los 57 años de edad. Fue enterrado en la sección de Hombres Ilustres del Cementerio de Ambato.

Su persona dejo de existir pero su legado y homenajes no han dejado en el olvido a su persona. Correos del Ecuador emitieron un sello postal conmemorativo por el centenario del nacimiento de Pablo Arturo Suárez con un costo de 70 sucres en ese tiempo. En Septiembre de 1945 se decretó la creación de una escuela de niñas en Baños.

Realizándose una consulta popular para definir el nombre que ésta tendría. Los viejos moradores acordaron que se la denominara “Pablo Arturo Suárez”, en honor al científico e eminente educador la cual fue inaugurada en diciembre del mismo año.

Y aquí en la capital se fusiono el antiguo Hospital San Juan de Dios y el Sanatorio de la Liga Ecuatoriana Antituberculosa en 1973, para que al año siguiente el 11 de diciembre de 1974 se le denomina por decreto; Hospital Pablo Arturo Suarez.

El cual atiende actualmente un promedio de 10.500 personas anualmente en las especialidades de: Medicina Interna, Gineco-Obstetricia, Cirugía, Pediatría y Estomatología con sus respectivas sub especialidades.

Así a través de estas líneas hemos dado una referencia de este personaje que también participo de aquel prodigio de la Dolorosa del Colegio y su legado en la patria.

FUENTES

  • PROCESO CANONICO DIOCESANO DE LA DOLOROSA
  • REVISTA MEDICA VOZANDES 2018
  • ANUARIO DE LA UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR 1940-1950
  • DIARIO LA HORA
  • PAGINA WEB DEL HOSPITAL PABLO ARTURO SUAREZ

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