EL BEATERIO

Si estamos por el Centro histórico de la capital ecuatoriana, hay un edificio que en su interior ha albergado en su mayor parte de existencia a la educación y hoy quiero darles a conocer su historia. En el presente artículo me referiré en el lugar en el cual fue su vivienda y lugar de trabajo por el espacio de 27 años.

EL BEATERIO.- Cuando ya Sebastián de Benalcázar se acento definitivamente en esta ciudad, se procedió a la repartición de los terrenos, y el primer solar que se asigno fue a la Virgen de la Merced. Y así la comunidad de Padres Mercedarios fue propietaria de casi toda la cuadra delimitada por las actuales calles Cuenca, Olmedo y Manabí.

En 1727 es el año en que Fray Gaspar Lozano, religioso Mercedario es que funda con dinero de donaciones y de sus propios medio un lugar para acoger a mujeres que quieran llevar una vida devota en el espíritu de recogimiento, dirigidas por un capellán de la Orden Mercedaria.

Esta primogénita institución estuvo destinada para acoger a mujeres divorciadas, las que pedían la nulidad de su matrimonio e incluso lugar de corrección y prevención moral de la mujer.

Después de vencer varias adversidades estas mujeres de vivir de esta manera, en la que además se dedicaban a la enseñanza  de niñas. Y es así que allí serian ocupadas esas instalaciones en la calle Olmedo, lugar que había sido de los herederos del contador José Suarez de Figueroa.

Con el apostolado de enseñar a las niñas, este grupo de 15 mujeres que educaban fueron conocidas como, Beatas ya que llevaban una vida austera y dirigidas por su fundador, hasta incluso se hizo dos peticiones al Rey de España por intermedio del Consejo de Indias para que se creara un Monasterio. Lo cual no fue aceptada hasta que en 1775 muere el Padre Gaspar Lozano y se desiste de la idea.

Y así con el vaivén del tiempo y de los cambios que vieron con ellas, nos ubicamos ya en la época Republicana en la que se arreglaron y adecuaron los espacios por los Mercedarios para una escuela que duro poco tiempo.

Vicente Rocafuerte en 1835, en este lugar funda una escuela para niñas, más tarde el 12 de febrero de 1838 Rocafuerte expide los estatutos para un establecimiento nacional denominado “Colegio de Santa María del Socorro”. Es así que este lugar tuvo como segundo hogar de niñas de 6 a 14 años, en la que podían ser internas o externas.

Desde música vocal e instrumental pasando por las asignaturas de escritura, aritmética, geografía, lengua francesa hasta bordado, dibujo lineal y de flores. Eran las asignaturas que se recibían en este establecimiento. Cabe destacar que aquí se educaron las hijas de los próceres de la Independencia.

Con el terremoto de 1859 afecta notablemente al espacio, y cuando llegan las religiosas de los Sagrados Corazones, se ofrece este espacio pero no es utilizado por los daños ocurridos en el terremoto antes mencionado. Hasta 1863, que traídos por el Presidente García Moreno, llegaron en marzo los hijos del Venerable Juan Bautista de La Salle en aquel entonces. En mayo de 1869 llegaría por obediencia de sus superiores el joven Hno. Miguel desde su tierra natal Cuenca.

Aquí en el espacio de 27 años de permanencia el Hno. Miguel iría madurando su vida religiosa, en la cual también sería un apóstol incansable de la educación y en la fe Quiteña. En este lugar seria el escenario de grandes actividades escolares de muchos personajes notables de nuestra ciudad, incluso en el salón máximo se daría la incorporación del Hno. Miguel como miembro de la Academia de la Lengua Española en agosto de 1892.

Debido al episodio de la huelga de los cantores, la cual contaremos en otra ocasión, los Hermanos fueron desalojados de estas instalaciones. Siendo su remplazo el Instituto Nacional Mejía hasta 1930, en el cual se trasladaron a los espacios que ocupan actualmente. Hay que anotar que en 1915, iniciaba por primera vez la Escuela Municipal Espejo, en un tramo del colegio Mejía en la calle Manabí y la Benalcázar donde fue su Director el Sr Don. Carlos T García, quien había sido ex alumno del Hermano Miguel en el Beaterio.

De allí seria instalaciones del Normal Femenino Manuela Cañizares, y este a su vez dejando en 1942 al Colegio de Señoritas Simón Bolívar lo cual lo utilizo hasta el año 2012. Un año antes de desocupar estas instalaciones el 7 de noviembre cumpleaños del Santo Hno. Miguel, la Lcda. Rosario Vásquez fue reabierta al público la Sala Hno. Miguel, lugar donde fue su habitación cuando él vivía en ese lugar.

Han venido proyectos desde, convertirlo en oficinas municipales hasta hacerlo casa de la ONU. Pero no ha llegado en concretarse en nada y solo se puede verse desde el 2016 puntales de madera que se encuentran en los exteriores del edificio mientras el tiempo hace su trabajo en este lugar céntrico de la ciudad se va destruyendo.

FUENTES

  • GUÍA DE ARQUITECTURA DE QUITO TOMO DOS
  • REVISTA LA SALLE DEL MES DE NOVIEMBRE 2004
  • LOS MERCEDARIOS EN QUITO 2008

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