EL AUTOR DE LA VIRGEN DE QUITO

El 8 de diciembre de 1854, el Papa Pío IX, mediante la Constitución Apostólica Ineffabilis Deus, proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción, en virtud del cual declaraba que fue concebida sin pecado original y llena de gracia, en previsión de los méritos redentores de su Hijo Jesucristo. Antes de la declaración dogmática, esta verdad había sido defendida con entusiasmo por los filósofos franciscanos, en especial el beato Juan Duns Scoto, y acogida con entusiasmo por el pueblo cristiano. En su defensa destacaron España y Portugal, siendo muchas las ciudades que, ya desde el siglo XVII, emitieron votos en ese sentido.

Del mismo parecer fueron los obispos de buena parte del orbe cristiano que fueron consultados por el Papa antes de la definición del dogma que, sin embargo, fue rechazado por el protestantismo, considerando que en la Sagrada Escritura no hay ninguna referencia a esa cuestión. Duns Scoto, en la controversia celebrada en la Sorbona de París frente a los teólogos dominicos que se oponían a la creencia en la concepción inmaculada de María, aduciendo que Santo Tomás no la había contemplado, formuló su célebre axioma: «Potuit, decuit, ergo fecit» (Podía, convenía, luego lo hizo), razonándolo en la siguiente forma: «Si quiso y no pudo, no era Dios; si pudo y no quiso, no era Hijo. Pudo y quiso porque era Dios y era Hijo; y por lo tanto, lo hizo».

La Inmaculada Concepción fue proclamada Patrona de España y de las Indias en 1760. Portugal la  declaró Patrona mucho antes, en 1646. También lo es de otros países, como los Estados Unidos (1846) y, en 1998, San Juan Pablo II la declaró Patrona de Corea del Sur y Japón.

Todos ubicamos dentro de nuestra ciudad a la obra monumental que se encuentra en el cerro del Panecillo, pero la obra originalmente a la cual se inspiro para realizarla mide 1.38 y se encuentra en la parte alta del retablo de San Francisco aquí a continuación hablaremos sobre su autor.

BERNARDO DE LEGARDA.- Según varios historiadores la fecha de nacimiento de Legarda la ubican dentro de finales del siglo XVII o la primera década del XVIII, en Quito, fue hijo legítimo de Don Lucas Legarda y de Doña María Josefa del Arco. Bernardo tuvo dos hermanas María Gertrudis y Juana de Jesús, y su hermano Juan Manuel, con quien mantuvo relaciones de trabajo durante toda su vida.

Muy joven se casó con Doña Alejandra Velásquez y de Alarcón, quien faltó a la fidelidad del matrimonio por lo que fue abandonada. Legarda llenó el vacío de este afecto con el arte, al que consagró toda su energía.

Su casa estaba ubicada en las inmediaciones de la Plaza de San Francisco, esta no carecía de las comodidades que eran de acuerdo a la época. Además la convirtió en taller de artes y oficios. Legarda contaba con la colaboración incondicional de su hermano y así este lugar fue espacio de reunión de los más preciados y hábiles artesanos y pintores de la época.

Al consagrarse por completo Legarda en el trabajo debido a este percance, se pudo alcanzar en ello la consolidación de la vigencia de la Escuela Quiteña como un estilo diferenciado. Ver su estilo y trabajo que ha llegado a nuestros días se ve la magnitud, variedad y calidad estética de sus obras.

El Padre Dominico José María Vargas, gran historiador dice de este personaje lo siguiente, “En la enorme personalidad de Legarda se armonizaron el sentimiento místico y el estético, bajo el signo del barroco. A su sensibilidad artística se le ofreció simultáneamente la visión del retablo con la imagen que guiaba el compás de los detalles. Una suerte de lirismo trascendía a sus manos, que labraban las espiras de los fustes y las cubrían de caprichosa flora con racimos de uvas y quebraban las líneas de los frontones, para enmarcar el nicho de la imagen, animada también ella de un aire de ágil dinamismo”.

En 1731 fue nombrado prioste de la fiesta de San Lucas, patrono del gremio de escultores y pintores. Con esta ocasión retocó por primera vez la imagen del santo Evangelista, que había tallado en el siglo anterior el padre Carlos. En 1762 llegó a ser síndico del gremio y de la cofradía del Santo, año en que renovó la imagen de San Lucas por segunda vez.

Por los documentos encontrados sobre su obra se señala un periodo de actividad comprendido entre 1731 a 1762 y trabajó en las principales iglesias de Quito como son: San Francisco, Cantuña, la Merced, Santo Domingo y El Sagrario.

El 7 de diciembre de 1734, de sus manos nació la imagen de la Inmaculada Concepción conocida como mundialmente como la Virgen de Quito, para el nicho central del retablo mayor de la iglesia de  San Francisco. Esta obra lleva la firma del autor y la fecha de ejecución en sus manos”.

Esta obra está inspirada en un pasaje del Apocalipsis, es la variación de una representación de la Inmaculada Concepción. Además del aporte del artista a la iconografía cristiana universal que esta escultura es llamada también “La Virgen de Legarda”.

OBRAS

  • En 1745 doro el retablo mayor de la Compañía de Jesus.
  • 1746 decoró la media naranja de la cúpula de El Sagrario y en 1747 la mampara del mismo templo.
  • Entre 1748 y 1751 el retablo mayor del templo de la Merced.

No hay que dejar estas líneas de mencionar que fue maestro de Manuel Chili  “Caspicara”.

Finalmente en el año de 1773, a 29 días del mes de mayo, el escultor gravemente enfermo dio a don Antonio Romero de Tejada, quien era su apoderado, instrucciones precisas para la dictaminarían de su testamento, ya que en ella dejaba excelente piezas de arte y sus utensilios de trabajo.

Murió el 31 de mayo 1773 y fue enterrado en el altar de Nuestra Señora de la Concepción del Monasterio de San Francisco, dando cumplimiento a su última voluntad. Cofrades y amigos acompañaron al maestro en su última morada.

En el registro de fallecidos de la parroquia de El Sagrario se hizo asentar la siguiente data:

El 1 de junio de mil setecientos y setenta y tres años, acompañó la cruz alta de esta Iglesia hasta el Convento Máximo de San Francisco el cadáver de don Bernardo Legarda, soltero. Recibió los santos sacramentos y dio poder para testar ante don José Enrique Osorio, Escribano de la Provincia, de que doy fe. Dr. Dn. Cecilio Julián de Socueva. Al margen de esta data se ha consignado la nota que sigue: "Dignus aeterna gratitudine apud omnes cojusque status homines” que significa: Digno de eterna gratitud ante todos los hombres de cualquier estado".

FUENTES

  • ENCICLOPEDIA CATOLICA
  • IGLESIAS Y MUSEOS DE QUITO
  • HISTORIA DE CULTURA ECUATORIANA
  • REGISTRO PARROQUIAL DE LA IGLESIA DEL SAGRARIO

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